La primera vez que la vi a Claudia llorar fue cuando salimos a jugar contra CUBA en Villa de Mayo.
Era el primer año de hockey de las mujeres del Pabellón I de la Unidad Penitenciaria 47 de San Martín. Y era su primer partido extramuros.
Un día muy esperado para Las Lobas y para nosotras, las de Cuida la Bocha. Alegría, responsabilidad, nervios.
Cuqui, María, Chinchu, Sole, Claudia, Eve... y muchas más. Levantaban la bandera con orgullo. Cantaban, sonreían, lucían sus peinados. La emoción las sobrepasaba. Iban a Salir!!!
El servicio peniteciario se puso la 10! Todos trabajaron para que el día fuera perfecto.
“Sol, árboles, mucho verde! Un marco ideal para sentir el afuera otra vez después de mucho tiempo.“
Algunos familiares de Las Lobas se acercaron para verlas jugar. Un momento muy importante para las mujeres privadas de libertad, porque pueden mostrarse de otra manera, en otro contexto, compartiendo sus logros con sus seres queridos. Probándose a ellas mismas que pueden ser mejores.
Para el Club que invita es una experiencia única, de crecimiento personal.
Un momento donde dos mundos se cruzan y comparten, de igual a igual, un partido de hockey y un tercer tiempo.
Quién es Claudia?
Claudia es una de nuestras Lobas, de la UP 47. En el 2021 empezó a jugar al hockey con Cuida la Bocha. Nunca falta a los entrenamientos. Se siente orgullosa de sus logros. Se esfuerza por ser buena deportista y mostrar su mejor versión.
El día que fuimos a CUBA conocí mejor a Claudia. A través de sus lágrimas entendí el impacto y la emoción que provocaba en Las Lobas lo que estábamos haciendo. Entendí la sensibilidad que tienen las personas que nos pueden parecer insensibles. Me acerqué un poco a su dolor.
Al finalizar el partido Claudia lloraba de emoción “Hoy, después de 14 años piso el verde, piso la calle y estoy agradecida“
Y no es para menos, porque salir a jugar extramuros representa un premio, un incentivo enorme para quien vive en el encierro.
La curiosidad de saber más, me llevó a charlar con ella sobre cosas que me gustaría compartir. Porque conocer el contexto nos hace entender y repensar los prejuicios.
Abrió su corazón y compartió su dolor. Fue abandonada desde muy chiquita y criada por su bisabuela. Creía no tener una familia. Un día, después de 9 años su madre la fue a buscar. "Cuando conocí a mis papás me fui a vivir con ellos, pero la relación fue bastante dura. Mi mamá me rechazaba. Era violenta. Extrañaba a la persona que me crió". Mucho golpe y maltrato. No se explicaba por qué la habían arrebatado de su bisabuela para vivir todas esas situaciones. Fue detenida en mayo de 2009, con 20 años y pasó por todos los penales de mujeres.
”Yo digo que si no estaría acá no estaría viva. Andaba en cosas en las que no tenía que andar y aparte donde yo vivía era villa. Yo siempre digo “por algo pasan las cosas” Si Dios me metió acá y me tiene todavía acá me salvó de muchas situaciones”
”Cuando uno quiere la vida cambia totalmente. Esa persona que entró no va a salir siendo la misma. Yo no voy a salir siendo la misma porque tengo otro pensamiento.”
"Yo recibí cariño de parte de Cuida la Bocha y ahora, cada día, cuando salgo a la cancha les quiero demostrar que puedo. Por eso digo "querer es poder".
Después de escuchar a Claudia, pasan muchas cosas por mi cabeza. Pienso que nadie elige donde nacer. Ni la familia. Ni las circunstancias.
Pienso que, tal vez, yo podría estar en el lugar de cada una de las mujeres que abrazo cada jueves. Con sus pasados, sus historias, sus dolores. Pienso también que, a lo mejor, ellas nunca tuvieron una oportunidad. La más básica y fundamental: ser queridas, abrazadas, miradas. La oportunidad del calor de una familia, de las palabras de aliento. Del "dale vos podés".
Gracias Claudia por tu testimonio. Gracias por tu valentía. Gracias por abrir tu corazón y de esa manera ayudarme a abrir el mío.
Lucila Bengochea.
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